Despertando el amanecer

Todo el trabajo es realizado por la Luz, que retorna a la fuente. Pero para esto primero tengo que darme cuenta de mí mal, sentir que mi deseo, mis cualidades, mi estado me hace daño. Me siento tan mal que estoy a punto de explotar de esta demanda llamada MAN, una plegaria.

Sin embargo, esta demanda debe estar debidamente estructurada: ¿Por qué quiero deshacerme de mi mal? ¿Es sólo para hacer que me sienta bien, o yo no soy capaz de tolerar este mal porque no soy yo quien hace mal, sino los demás?

Cuando descubro que mis cualidades están perjudicando a mi vecino y al Creador (y esto sólo puede descubrirse a través de trabajo en el grupo), me encuentro ante dos hechos irreconciliables. Por un lado, valoro mucho el otorgamiento y el deseo de alcanzar el otorgamiento al Creador a través del otorgamiento a las criaturas, como está escrito: «Del amor a las criaturas al amor por el Creador». Pero por otro lado, siento que estoy muy lejos de él, y esto me causa sufrimiento.

La Luz que reforma (la Luz que retorna a la fuente) me da esta realización, y esto es llamado preparación, a través de la cual yo realizo mi plena medida y alcanzo una oración absoluta, la desesperación de mi falta del atributo del otorgamiento, la participación, la garantía mutua, y el amor al prójimo, sin la cual es imposible alcanzar el amor del Creador.

El hombre a propósito carece de la necesidad del otorgamiento, esto es para que él sienta que ¡lo necesita! Ya que solo entonces tendré la oportunidad de escapar algún día de mi deseo egoísta, y cuando obtenga el otorgamiento, será el otorgamiento real.

Pero si yo pudiera ver un placer y un cierto beneficio personal en el otorgamiento desde el principio, en lugar de otorgamiento, esto sería una recepción oculta. Por esta razón, es necesario avanzar desde lo opuesto mediante el trabajo en el grupo y la preparación de tu deseo. Y hasta que yo no sienta que la conexión es más importante que yo y que mi amigo es más importante que yo, no se considera que yo posea un deseo de otorgar y de fusionarme con el Creador.

Material Relacionado:

Oren por el poder interno del otorgamiento
Nos vemos mañana en el desierto
¿Cuántas horas trabajaste para tu alma?

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *