El doble sufrimiento del amor

No debemos estar preocupados por la manera correcta de expresar nuestra petición, si esta surge dentro del corazón, será escuchada. No se necesitan acciones adicionales para transferirla y enviarla a alguna parte. La petición correcta en el corazón ya se convierte en una oración común, y es una acción en sí misma.

El deseo correcto, la vasija, es lo principal. Es la oración real. Orar significa » juzgarte a ti mismo, evaluar si tu deseo es correcto. Y el deseo correcto incluye todos los componentes: la profundidad de la vasija, su cubierta para el bien del otorgamiento, y la oración. El hombre por sí mismo comienza a sentir lo que le falta para que esta se convierta en una oración común, de lo contrario, no será un deseo de otorgar.

El deseo debe contener el sentimiento de la grandeza de la meta, de la grandeza del Creador, su propia insignificancia, y la grandeza del grupo. Cuando todos los elementos necesarios se conectan entre sí, a esto se le llama la medida completa (Seah), la copa en la que recibimos su llenado.

Cuanto más se adentre el hombre en su deseo, mejor ve los elementos que le faltan. Y todo esto lo encuentra en el grupo.

No hay otro llenado sino el deseo y el llenado se corresponde siempre con el deseo, y depende de que este deseo esté organizado de la manera correcta. Esto se debe a que el deseo es la forma de llenado, y el llenado no tiene una forma cuando está por fuera de la vasija.

Tan pronto como la aspiración de otorgar alcanza la mínima medida, nosotros de inmediato ascendemos al primer grado espiritual. Así avanzamos hasta llegar a un deseo absoluto de esta forma discreta, digital, de a una porción a la vez. Esta es toda nuestra corrección, la corrección de nuestros deseos.

El propósito de mi perspectiva es la de revelar el correcto deseo, la necesidad por las cosas que me falta. No se requiere nada de la criatura, sino el deseo de otorgar al Creador. No hay nada más alto ante los ojos del Creador, sino que la criatura tenga la sensación de la grandeza del Creador, la aspiración de amor y conexión, y la tristeza y la sed de alcanzar el otorgamiento. Nosotros lo complacemos a Él al aspirar a Él.

Y el llenado que viene de Él es nuestra recompensa, porque este llenado nos ayuda a incrementar nuestros deseos. Cuando recibimos la revelación y el llenado, me alegro porque me da la oportunidad de incrementar mi aspiración, la expresión de mi amor y el deseo por Él. Esta es la esencia de lo que yo gano.

(64941 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 1/1/12, Escritos de Rabash)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *