Todo lo que hacemos en este mundo es en aras de vivir en él, y todos nuestros discernimientos, los cuales eventualmente nos llevan a la pregunta del significado de la vida, gradualmente se reducen como un cono, hasta que alcanzamos la cima, es decir la intención: ¿Qué queremos de todo esto? La intención es lo más importante aquí.
En el mundo material la intención se eleva naturalmente y es determinada por la naturaleza de la persona, por su deseo. Por lo tanto no ponemos atención a esto. Solo si sospechamos que alguien nos está mintiendo entonces comenzamos a preguntarnos acerca de su intención. Esto es, el comportamiento que vemos puede diferir de la intención oculta.
Pero si actuamos de manera simple, sin engaños en el mundo material, entonces el acto y la intención siempre van juntos. Sin embargo, en el mundo espiritual es siempre opuesto. Primero que nada, solo nos parece que estamos haciendo algo en la espiritualidad. En el mundo material, el mundo de las acciones, nosotros simplemente usamos el hecho de que entre más hagamos, mas avanzamos, tal como cuando construimos o creamos algo. Podemos terminar con buenos o malos resultados, pero los resultados son alcanzados por medio de las acciones.
Está escrito acerca del mundo espiritual, «El final de la acción yace en el plan inicial». Esto puede ser explicado de la siguiente manera: que solo después de las acciones comienzas a pensar y a entender lo que pasa. Las acciones eventualmente nos traen al entendimiento de que no producen nada, que la única fuerza operativa y creativa en el mundo espiritual es la Luz, mientras que todo lo que tenemos que hacer es pedirle que actúe en lugar de hacer algo por nosotros mismos.
La persona piensa que a través de su trabajo espiritual, con sus propios esfuerzos, puede hacer buenas acciones, que en virtud de la presión interna y de la concentración, puede encontrar intenciones de otorgamiento dentro de ella mismo, alcanzar una buena actitud y amor por el vecino, aspiraciones espirituales. Ella piensa que si se presiona más a sí misma, entonces ahí, dentro de ella encontrara las fuerzas espirituales y revelará el mundo espiritual.
Pero el trabajo es de hecho opuesto: yace en demandar una acción desde Arriba, el trabajo del Creador, como está escrito, ¡»Llamas a aquellos que Te buscan!”
(65298 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 1/4/12, Shamati)