Una persona que abre el Libro del Zohar, lo hace para revelar al Creador. Por definición, la ciencia de la Cabalá es el método de revelar al Creador a la creación en este mundo. Sino ¿para qué nos fue dada la Cabalá y toda la Torá? El Creador se revela en el deseo de otorgar y amar en una persona. Este deseo es igual al del Creador en cualidades, y el Creador se revela en él conforme a la ley de equivalencia de forma.
Por lo tanto, el Creador es la cualidad de otorgar y amar, la fuerza de otorgamiento y amor, «el Bien que hace el bien». Entonces, ¿cómo podemos alcanzar el deseo de otorgar y amar, el bien que hace el bien? Mediante la conexión entre nosotros, a pesar de las fuerzas egoístas de cada persona que se repelen mutuamente, creando una red de buena conexión entre nosotros por encima de la red del odio. Construyendo una red en la que cada persona es buena y hace el bien, otorga y ama en relación con los demás.
Pero ¿cómo hacerlo si cada uno de nosotros es sólo un pequeño egoísta? Leemos el libro del Zohar, que habla de nuestros estados corregidos en los que estamos en buena conexión entre nosotros, y deseamos que esto se haga realidad en nuestro interior. En ese caso, recibiremos una impresión de esos buenos estados, que ya existen en el infinito. Esta impresión, la influencia de las fuerzas de nuestros estados corregidos a nuestro estado actual se llama «Luz Circundante» o «La Luz que Retorna a la fuente de bondad».
Entonces, de acuerdo con la fórmula: «Yo creé la inclinación al mal y Yo les di la Torá para su corrección, porque la Luz en ella nos retorna a la fuente «, volvemos a la fuente, al Bien que hace el bien. Por lo tanto, revelamos al Creador, al Bien que hace el bien, a nuestra raíz.
(De la 2º parte de la lección diaria de Cabalá del 5/26/11, El Zohar)