Todo en nuestro mundo está construido entre la confrontación de dos fuerzas opuestas. Cualquiera de nuestras interacciones está basada en el predominio de un factor sobre el otro, y cualquier éxito se logra a costa de algo.
¿Cómo podemos establecer una relación correcta entre nosotros? Hoy en día, la única solución son las concesiones. Me gustaría dominar el mundo, pero yo estoy obligado: «Toma sólo 10 cm de ti y nada más». Todo está limitado de una manera similar, pero somos incapaces de cumplir estas reglas, y es por eso que hemos estado luchando desde tiempo inmemorial, o usando otros métodos para prevalecer sobre los demás. Cada vez, la envidia, la pasión y la ambición nos sacan de la corriente a un estado más cómodo.
Sin embargo, hoy en día todos estamos interconectados. Nadie puede aislarse de los demás o cambiarse a la autosuficiencia. Las condiciones actuales no nos permiten llegar hasta un mínimo de autosuficiencia. Yo involuntariamente dependo de los demás hasta tal punto que ellos penetran en mi mente y sentimientos. Nuestros lazos se extienden por todas partes, y ellos definen toda mi vida.
Anteriormente, la gente se sentía libre después del trabajo y no estaba sobrecargada por una red total de influencia mutua. Pero hoy en día, todos estamos unidos por una cadena, y es por eso que las dos fuerzas opuestas, actuando en todos, y por ellas también estamos interconectados a nivel global. Me gustaría afrontar o llegar a un acuerdo con mis propios problemas, pero en esta época es imposible: yo dependo tanto de otros, que su impacto me rompe en pedazos, me tira en todas las direcciones a la vez.
Por lo tanto, necesitamos una nueva metodología que le permita a cada persona vivir una vida pacífica, y a nosotros en general vivir de una manera nueva, para unirnos correctamente.
Por lo tanto, necesitamos una nueva metodología que le permita a cada persona vivir una vida pacífica, y a nosotros en general vivir de una manera nueva, para unirnos correctamente. De lo contrario, la persona pensará siempre que los demás la utilizan y la explotan. Para bien o para mal, no importa porque ella no tiene poder sobre nada y está privada de la libertad.
Por otro lado, esta es la ley de la Naturaleza: hay dos fuerzas opuestas que actúan en cada uno de nosotros, la atracción y repulsión, y hoy ya vemos que forman un solo mecanismo. Sólo nos queda aprender a manejarlas.
Así, por primera vez en nuestra historia, nos enfrentamos a la pregunta acerca de la libertad del individuo: ¿Cuál debería ser, dadas las circunstancias?
(64957 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 1/1/12, «La Libertad»)