Opinión (Steven Erlanger, NY Times): “Occidente, de pronto se ve impregnado de dudas acerca de sí mismo.
Siglos de superioridad e influencia global parecen llegar a una nueva fase con el colapso de la Unión Soviética, cuando los países, valores y civilización de occidente parecen haber ganado la oscura y dificil batalla contra el comunismo.
Esa victoria parece especialmente dulce tras el giro de China al capitalismo, lo que muchos presagiaron como una lenta evolución hacia las demandas de la clase media por derechos individuales y justicia transparente -hacia una democracia. Pero ¿el seguir los valores occidentales es inevitable? Los valores occidentales, esencialmente judeo-cristianos, ¿son verdaderamente universales?
La historia de la última década es un vigoroso antídoto para esos pensamientos fáciles. El ascenso del capitalismo autoritario ha sido un golpe a las suposiciones, hechas populares por Francis Fukuyama, de que la democracia liberal ha probado ser el sistema político más confiable y duradero.
Con el colapso del comunismo, ‘que podríamos presenciar’, en 1989, escribió Fukuyama lleno de esperanza, ‘es el punto final de la evolución ideológica de la humanidad y la universalización de la democracia liberal occidental como la forma final de gobierno humano’.
Pero junto a la estrechez cada vez más grande del autoritarismo chino. la vuelta de Rusia hacia el revanchismo y la dictadura, el ascenso del Islam radical, la gran victoria del liberalismo occidental puede parecer vacía, sus valores están bajo amenaza, aún dentro de su propia sociedad.
La reciente inundación de inmigrantes y asilados sirios fue bienvenida en muchas partes de Europa, especialmente Alemania y Austria. Pero también provocó críticas de algunos países europeos menos prósperos, una reacción negativa de la extrema derecha y nuevas ansiedades por la creciente influencia del Islam y los islamistas radicales, en Europa…
‘Mil novecientos ochenta y nueve fue percibido como la victoria del universalismo, el fin de la historia, pero para otros en el mundo, no era una postguerra mundial fría sino un mundo post-colonial’, dijo Ivan Krastev, director del centro de estrategias liberales en Sofía, Bulgaria y escritor de opinión para The Times.
En Asia y África, parecía para muchos que era el fin de la supremacía ideológica occidental, dado que el liberalismo y el comunismo son creaciones de occidente con ambiciones universales”.
Mi comentario: Ya es imposible detener el flujo de inmigrantes a la Unión Europea. Los nuevos valores no son ni europeos ni estadounidenses, sino por encima de este mundo y nacerán de un nuevo mundo.
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