Michael Laitman, en Quora: “¿Por qué los adolescentes se deprimen tan frecuentemente?”
Los adolescentes están en una edad donde comienzan a buscar el significado de la vida. Sienten que empieza su vida y consideran qué direcciones deben tomar.
En las condiciones de hoy, esta línea de pensamiento los llevan a darse cuenta de que las ofertas no tiene significado, están vacías.
Muchas profesiones que la sociedad respetaba hace sólo unas décadas, perdieron el interés público. El romanticismo de ser científico o artista fue opacado por la mentalidad de “hacer dinero”. Cuando, hacer dinero, se vuelve más importante que las aspiraciones valientes y visionarias de lograr metas por las que vale la pena esforzarse, la vida pierde su significado.
Los adolescentes de hoy no tienen ningún ideal por el que valga la pena esforzarse, es decir, estar de acuerdo en sufrir todo tipo de cargas sobre sus hombros, capacitarse y estudiando para lograr algo, que tanto ellos como la sociedad consideren bueno.
Los años de adolescencia son aquellos en que típicamente queremos esforzarnos para llegar a metas valiosas y desarrollamos nuestra auto-estima y orgullo al identificarnos con una línea en la vida que apoye nuestra dirección.
Pero hoy, las metas por las que alguna vez nos esforzamos ya no tienen importancia.
Cuando era adolescente, tenía múltiples opciones desplegadas ante mí y estaba dividido entre varias opciones acerca de en qué convertirme.
Hoy, los adolescentes aún tienen necesidad de desarrollarse hacia una meta grande y respetable, pero se disuelve en una atmósfera general de desinterés.
Por una parte, es una época de gran placer, con deseos corriendo desenfrenados en el interior y por otra, los años de adolescencia se han convertido en una época en que se desarrollan las sensaciones de vacío y disgusto en el mundo.
Por eso, los adolescentes se sienten perdidos, ningún sueño los inspira. La indiferencia y el cinismo que surge cuando despierta la falta de significado, el vacío y la depresión entre ellos, puede provocar tendencias destructivas. Es decir, se sienten como si quisieran devolverle el golpe al mundo y a la sociedad que no les ofrece nada, que simplemente les obliga a seguir.
Por una parte, somos testigos del incremento de fenómenos terribles como tiroteos masivos y suicidios de jóvenes, por otra parte, más y más uso de drogas e inmersión en juegos de video y redes sociales, como un escape.
La generación de hoy es una generación perdida. Las generaciones anteriores no les ofrecen nada y ellos no tienen nada qué ofrecer.
¿Cómo surgió una situación de tanta apatía?, ¿existe alguna luz al final de ese túnel tan oscuro?
Esta situación surgió debido a que la humanidad llegó a una nueva etapa de evolución, en la que nuestras aspiraciones competitivas-individualistas se reveladas como vacías, para abrir una nueva dimensión de existencia: donde el énfasis cambia hacia la conexión positiva entre la sociedad o unidad social.
Mientras estamos en esta fase de transición, experimentamos una oscuridad muy grande, similar a los dolores más grandes del parto, justo antes de que el bebé nazca.
Sin embargo, si tenemos una perspectiva más amplia del desarrollo humano y nuestro periodo actual en el ciclo, veremos que somos presionados para pasar por un gran cambio de conciencia: de un paradigma competitivo, individualista y egoísta, a uno en el que tendremos que aprende cada vez más a vivir y respirar juntos, como una sociedad humana única interdependiente en todo el mundo.
Si tomamos conciencia del nuevo y estrecho estado por el que nos conducen y comenzamos a adaptarnos -nosotros y nuestras metas-, adolescentes y adultos por igual, sentiremos que se abren, una vez más, todas esas sensaciones de motivación e inspiradoras que alguna vez tuvimos, y en un nivel completamente diferente.
La creciente depresión entre adolescentes es, en realidad, señal de que la generación más joven está cada vez más preparada para pasar el cambio destinado a conectarse positivamente.
Por lo tanto, los adultos tienen una responsabilidad de buscar una conexión positiva en la sociedad, para crear un entorno de apoyo para que las generaciones más jóvenes pueden adaptarse.
Permitir conexiones positivas es cambiar nuestra atención y apreciación hacia la conexión positiva en nuestra sociedad. Es decir, respetar los actos de entrega y contribución a la sociedad, consideración y cuidado por otros, por encima del deseo de hacer dinero y ganar poder, crearemos una atmósfera donde más y más personas, incluyendo adolescentes, querrán contribuir de forma positiva a la sociedad.
Los adolescentes tendrán combustible para buscar nuevas y aventuradas alturas.
Tener la conexión positiva como el valor principal y comunicarlo, influyendo y educando en esa conexión a toda la sociedad es una lucha, pero una que bien vale el esfuerzo.
¿Por qué?
Es porque, al conectarnos positivamente, estamos en equilibrio con nuestra siguiente etapa de evolución y ese equilibrio nos llena de nuevas sensaciones, de felicidad, motivación, estímulo, apoyo y cuidado, llena los vacíos que enfrenta nuestro paradigma actual.
Foto por Tammy Gann en Unsplash.