Con frecuencia el hombre se pregunta: ¿Por qué estudio durante tanto tiempo y me esfuerzo, pero no recibo la revelación? Pero resulta que el estado no se puede cambiar hasta que sea aún importante para nosotros.
Se pregunta: ¿Qué actitud tengo hacia la espiritualidad? ¿La tengo que considerar como un simple complemento de mi vida material, aceptando esta vida, o me siento en el exilio?
El sentimiento del exilio es un sentimiento muy desagradable, del cual el hombre se aleja instintivamente. A nadie le gusta creer que su vida se gasta en vano, y el tiempo se pasa sin ningún resultado. Intentamos olvidarlo o empezamos a roernos por dentro sin hacer nada.
Pero la sensación del exilio no llega porque estoy mal en esta vida, sino porque la espiritualidad es tan importante para mí que intento llegar a ella a pesar de esta vida común, la cual no es mala.
Todos podemos criticar nuestra vida, pero nadie llegó a través de ello a la espiritualidad.
Lo importante es reconocer la importancia de la espiritualidad y hasta que punto es importante conseguir la percepción del Creador. Unirse a Él, sintiendo el otorgamiento y el amor hacia el prójimo, la unión entre nosotros, dentro de la cual podemos descubrir la fuerza superior.
En otras palabras, escapar del exilio se puede solamente sintiendo la importancia de la salvación. Y la palabra la salvación (geula) se diferencia del exilio (galut), en su escritura con solo una letra “alef”, que significa el Creador.
Si empezamos a valorar la conexión con el Creador, la fuerza del otorgamiento y el amor al prójimo, si deseamos precisamente esto, significa que hemos alcanzado una correcta preparación antes de la salida del exilio, y entonces ésta realmente sucede.
Para salir, es necesario entender a donde queremos salir, imaginar correctamente el estado espiritual y estar preparado para él.
Si el hombre se imagina correctamente la espiritualidad —como otorgamiento, amor, conexión con los demás y con todas las demás partes del universo, conexión dentro de que se descubre el Creador—, entonces se le honra con la salida del exilio a la libertad.
Y esto sucede muy rápido, sólo hace falta ajustarse, afinarse correctamente a uno mismo, trabajando y deseando cada día sobre la correcta y clara idea de espiritualidad, y no intentando escapar simplemente de la mala vida.
La salida del exilio depende solamente de la sensación de la importancia de la cualidad del otorgamiento.