El ascenso espiritual ocurre cuando hacemos la transición de recibir para uno mismo a otorgar a los demás. Se considera como actuar a través de “fe por encima de la razón”, es decir, “preferir otorgar en lugar de recibir”, y recibir placer al otorgar. Necesito sentir inspiración y alegría cuando me elevo por encima de mi egoísmo, cuando ya no miro cuál podría ser mi ganancia por ello. Pero, necesito la fuerza de la Luz para poder lograr esta transformación dentro de mí.
Esto se llama, “Yo soy para mi Amado y mi Amado es para mí”, cuando iniciamos una conversación con el Creador y hay entendimiento entre los dos. Comprendo por qué el Creador hizo que mi vida fuese tan vacía para luego darme la oportunidad de llegar hasta un grupo donde pueda discernir lo que es el otorgamiento. Él me ilumina un poco, como si me dijera, “¡Elige esto!” para ayudarme a dar el primer paso. Pero darlo depende de mí.
Maljut del Superior (el atributo de otorgamiento) se presenta ante mi egoísmo como Keter (Rosh, la cabeza), sombrío y hueco. Pero si decido que mi Keter (aspiración) es adherirme a esto con mi voluntad de otorgar, entonces Maljut del Superior ya no aparece tan hueco, y me aferro a él como el grado espiritual Superior.
Este es el principio de un nuevo sendero. Se considera al principio como un Nuevo Año (Rosh Hashana, la cabeza del inicio) que llega después del mes de Elul, que es el acrónimo de “Yo soy para mi Amado y mi Amado es para mí”.
(De la segunda parte de la lección diaria de Cabalá del 6 de septiembre 2010, sobre Shamati # 42.)
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